sábado, 30 de octubre de 2010

7 -"De Soledades Desoladas"



Si entendieran como se estremece mi ser cada vez que intento aniquilarla, pensarían, y acertadamente, que esta vida me desangra.

Y quizá así sea. No se si es mi obstinado corazón o mi alma inconformista.
Pero sin duda mi ser claudicó ante esta fría soledad.
Es que, ante este abuzo de penas, mi alma sigue ausente ante tu eterna y pétrea ausencia.

Y no es que no lo intente. Pero no existe coartada alguna que justifique a este iracundo corazón.

Soy culpable. Todas mis palabras hacen eco en mí adentro.
Soy culpable por no haber podido ponerle freno a mi corazón.
Soy culpable por dejarme gobernar.
Soy culpable por no saber anular esta arraigada soledad.

Mi vida vive un Déjà vu. Pensar que hace un buen tiempo me encontraba sobre esta misma vereda.
Me carcome la cabeza el pensar que no he crecido. Que he cometido los mismos errores.

Mi rostro ya no esboza ni un mero y vano gesto de alegría.
Mi cabeza y si discurrir, me fuerzan y me inmolan al saberte lejos.

Mi presente hace enroque entre la angustia y la soledad.
Y en el mas absurdo de esta vida, no hayo tu reemplazo ante este desamparo.
Y yo no tengo duda de que hay empeño y lo intentamos.
Pero el destino y sus caprichos nos invitan a idealizar.

Que eterna se nos hace esa búsqueda. Es tétrica y ya es rutina esta rauda soledad.
Este letárgico corazón ya no tiene que esperar.
Por aquí solo abundan besos fríos y vacíos.
Entre mas seres me rodee, mas mayúscula e inusitada es esta soledad.

Dicen que hasta un viaje de miles de Kilómetros comienza con un simple paso.
Pero que difícil e inverosímil es entenderlo, cuando se intenta y no es posible consagrarlo.

Mi presuroso corazón no encuentra un plan B.
Quizá sea ajeno a sus tiempos y aun él no se encuentre preparado.
Quizá sea su fobia de volver a ser lastimado, sea su artilugio de amparo.
O quizá sea su castigo hacia su concubino, hacia mi ser, por haberlo despojado de eso que él tanto había aguardado, y luego amado.

Si esta es su forma de tomarse revancha, tendremos que aprender a vivir con nuestros dos Yo.
Que cínico es este destino. Mi más fiel y única compañera en esta vida, es esta cruda y aborrecible soledad.

Me duele no valorar el cariño que me intentan brindar.
Me duele abandonar por el simple hecho de comparar.
Es el eterno y precoz predecir de que nada va a funcionar.

¿Será que nos encanta lo difícil y mucho más aun lo imposible?
Se que es evidente la respuesta. Pero así no hay alma que tolere ni un poquito de desamor.

Y es que no podemos tapar el sol con las manos.
No podemos canjear o permutar un corazón, por otro corazón.
Si vivimos comparando, nunca podremos desatar de nuestras almas esta pérfida y vil soledad.
No existirá Norte, ni horizonte al cual aspirar.
Ser objetivo se nos torna una utopía si nos despojamos del saber valorar.

De vez en cuando, miramos el pasado con cierto recelo.
Paso tanto tiempo. Y sin embargo aun no el suficiente.
Todo sigue tan fresco como el lodo en un diluvio.

Me hundo y pareciera que así lo quisiera. No lucho.
Se nota que realmente te quiero. Te deje ir por puro amor, y aun con este padecimiento, sigo firme en no mirar atrás.

Mirare hacia adelante, como muchos de ustedes lo hicieron, lo hacen, o lo harán.
Y prometo que nunca más preguntaré donde has ido, si estas o si nunca lo estarás.

Todo puede ser en esta vida.
Sorprenda a mi corazón, apabulle este solitario presente.
Mi alma incauta y sensible se evapora.
Y antes de encontrar la salida, mi ser se derrumbará ante tu ausencia.


De verdades mentirosas, de soledades desoladas.
De amores y rencores, de destinos solitarios.
Desprovistos de pies, brújulas, sueños y realidad.
Carentes de almas compañeras, y de corazones únicos.
Jugados ante esta desesperación de saberte incomparable.
El amor sin dolor no existe. Ni tampoco el desamor sin soledad.

domingo, 24 de octubre de 2010

6 - "Caminos Desencontrados"

Video

Luego de entender y emprender el adiós nos libramos al aire cual hoja seca al comienzo del otoño.

A nuestro paso nos rodeamos de caminos.

Cada uno de ellos representa una nueva oportunidad para volver a nacer.

Los recuerdos y sentimientos siguen ahí, a flor de piel.

Nos acechan a cada intento frustrado, a cada paso en falso.

Nos anclan al pasado, y reavivan todos los impulsos.

Sentimos en cada intento malogrado lo esenciales que se habían vuelto a nuestras vidas esas almas. Sentimos su falta a cada instante.

El remordimiento se hace costumbre. La felicidad se pierde y con el tiempo sentimos su carencia.

Asiduamente abrimos bien los ojos al fin de no dejar pasar esa oportunidad. Aprovechamos cada instante y nos rodeamos de personas.

Intentamos no estar solos para no caer una y otra vez en manos de nuestro corazón.

Buscamos alguien que nos ayude a asesinar nuestra soledad.

Pero siempre pecamos de ingenuos y solemos extraviarnos en la vastedad de la vida y del destino.

Ese que vive jugando con nuestros corazones. Nos presentan infinidad de posibilidades.

Muchas veces creemos hallar eso que tanto anhelamos. Pero vivimos de desilusión en desilusión.

Nos ilusionamos, pero el destino nos juega malas pasadas, nos hace idealizar a cada instante.

Por que la realidad es esa. Vivimos idealizando por el simple hecho de que vivimos buscando.

Buscamos, y cuando creemos encontrar, idealizamos.

De tanto buscar nos perdemos como una gota de agua se pierde en la inmensidad del mar.

Nos apuñalamos a nosotros mismos. Volvemos a morir sin haber resucitado.

Debemos entender que todos tenemos nuestra forma de hacer luto.

Nuestros corazones tienden a buscar soluciones rápidas para aliviar su dolor.

Nos confunde a cada momento. Nos perturba.

Husmeamos en todos los lugares con el mero propósito de hallar.

Pero cada intento se hace inerte y nuestro corazón acusa la falta de amor a cada paso.

Nuestros corazones se ilusionan tan fácil que nos hacen extremadamente vulnerables.

Cualquier muestra gratis de amor es certera cuando hay tanto que sanar.

Tonto corazón conformista, pidiendo de limosna un poco de cariño que algún fulano nos quiera regalar.

Es que en definitiva, cualquier corazón prefiere una triste mentira a cualquier verdad que lo vuelva a lastimar.

Debo admitir que en el nacer de cada noche, lloro. No por que sea menos hombre o para ocultar mi debilidad.

Quizá esa sea mi forma de superar.

Me angustio y me hundo en la oscuridad de mi cuarto. Busco hacer catarsis en el inmaculado silencio de la noche.

Se hace tan profundo el silencio que casi logro percibir el aire insípido que se cuela por los pequeños resquicios de mi ventana.

Pienso. Me doy cuerda y más cuerda. ¿Será este el destino que tengo encomendado?

Este destino me inquieta.

En mi interior están velando mi amor. Tarde o temprano será parte del cementerio de recuerdos.

Siento un vacío visceral. Mi andar es el fiel reflejo de mi zozobra.

Cada fracaso. Cada caída se hace más y más estrepitosa.

La vida nos pone a prueba. Nos juega trucos. Pero hay que armarnos de valor.

Reconciliémonos con la paz. Todo nuestro ser la pide a gritos. No vivamos la vida sin pesar.

Cada alba denota una nueva oportunidad.

Esperemos esa alma que haga que la sonrisa no sea una mera mueca en nuestros rostros.

Cada prueba nos forja, nos prepara, nos incentiva a crecer.

Y es que la vida de eso se trata. De superar y crecer.

El amor no es exclusivo de unos pocos. El amor puede estar a la vuelta de la esquina.

Mientras mas lo busquemos, más eterna e ineficaz será esa búsqueda.

Cuando menos lo esperemos, en el lugar que menos imaginamos y de la forma que menos intuyamos, aparecerá.

Pero mientras tanto aprendamos a vivir. Ayudemos al destino a que nos muestre nuestro camino.

Usemos el dolor para fortalecernos. Para no volver a ser tan frágiles.

Escúchenme: Nadie muere por amor, ¡nadie!

Yo estoy acá, contándoles mi historia. Y como yo habrá otros miles mas intentando hallar su camino.

Hay millones de caminos, busquemos el nuestro.

Y si es verdad, que el destino tiene un plan para cada uno de nosotros, ayudémoslo de la manera que podamos.

Esperándolo. Manteniéndonos con vida, sanos, intentemos sobrevivir.

Miremos hacia adelante, que en definitiva es lo que vale.

Caminos. Tantos caminos y ningún rumbo. Se vuelve todo un laberinto.

Corro en él intentando encontrar la salida.

¿Pero de que sirve correr cuando no hay adonde ir?

Dicen que siempre que llovió, paró.

Yo sigo sin resguardo y sin paraguas, esperando que mañana salga el sol y por fin brille para mí.

Que seque mis heridas, y que ilumine mi camino.

Ojala hoy este iluminando el tuyo. Siempre te desearé lo mejor.

Paciencia corazón. Aun nos queda un poquito de hilo en el carretel.

martes, 19 de octubre de 2010

“5 - Adiós por Amor”

Video



Si bien la vida se trata de crecer y superarse constantemente, muchas veces nos quedamos hundidos en el pasado por no saber decir adiós.
Crecemos respirando el adiós. Comenzamos y concluimos etapas con este.

Un adiós siempre representa desprenderse de algo o alguien, representan una perdida o un hallazgo.
En otros casos, representan voluntades, despedirse por alguna obligación, etc.

Pero sin duda, la peor forma de decir adiós es hacerlo sin sentirlo. Saber que algo termino sin así quererlo.
Que el adiós lo digamos indirectamente por que nos han abandonado.

Comenzar a echar de menos, tener esa inmediata sensación de resarcirse del hecho, regañándonos a cada momento de no haber podido hacer lo suficiente como para no llegar a ese desenlace.

Decimos adiós porque nos sentimos acorralados.
Porque no hay otra salida, y al hacerlo de esta manera atentamos contra nuestros corazones con demasiada vehemencia.

Cuando la otra persona es quien necesita ese adiós, es cuando debemos actuar por amor.
Cuando miren a esa persona, y en sus ojos vean el dolor... esos momentos en que una mirada dice más que todo el diccionario, será el comienzo de la encrucijada.
Cuando les llegue ese momento, les daré la bienvenida a mi mundo, el de emprender y aceptar el adiós por mero amor.

No sirve de nada jactarse de valientes, es simple orgullo. La verdadera valentía es enfrentar la cruel verdad, que nunca aceptamos el adiós.
Que muchas veces retenemos por el simple pavor de perder a ese ser. Pero debemos aprender a decir adiós. Tengamos pericia.
Obstruir ese adiós es atentar contra nuestras almas hasta el momento en que el dolor haga implosión en nosotros.
No digamos adiós por simple pragmática. Digamos adiós por amor.

Es inevitable anhelar. Siempre vamos a extrañar por que han dejado huellas imborrables en nuestros corazones. Pero ya no sirve de nada pedir clemencia.
Con el tiempo, quizá, nos olvidemos lo eterna que se hace la vida sin su voz.
Seguir empecinados con la certeza de que no hay nada por hacer, es extrañar de la peor manera, estando cerca sabiendo que jamás los volveremos a tener.
Es difícil ser oportunos, pero hay que saber cuando decir adiós.

No existen finales felices ni finales tristes, de cualquier manera siempre nos llevaremos de regalo secuelas imperecederas de ese adiós.
No sirve de nada el sarcasmo. ¿Para qué? ¿Por qué doblegar el dolor? El orgullo es vano, solo exacerba al corazón.

Busquemos, forcemos ese otro adiós.
Ese que, contrariamente, es hermoso.
Ese que cuando llega nos devuelve a la vida.
El de despedirse del dolor para siempre.

Que bello es ese adiós. Ese momento en el cual nos desprendemos de a poco del pasado.
Donde encontramos todo lo que necesitamos.
Donde le decimos adiós al dolor.
Pero mientras tanto sigamos creciendo, amemos, seamos altruistas.
Si ni tu mismo puedes cuidarte, ¿quién lo hará por ti?
Una vida nueva hoy comienza. Otra vida se nos muere.
Busquemos el sentido nuevamente a vivir.

Un corazón benévolo, una sonrisa resignada.
Una lagrima que cae, estéril, que aun ruega y busca ser vista.
Un camino que concluye, dos caminos que se inician.
Un adiós incoherente, un dolor infinito.
Dos almas rotas fruto de un adiós fingido.
Un final atropellado producto de un amor desbaratado que implora misericordia.
Un corazón inequívoco, y otro aun vacilante.

Un corazón ciego que grita, un alma muda que aun llora, un adiós sordo que lo dice todo.
Nuestras vidas se bifurcan. Me nace un camino eterno.
Ojala encuentre algún atajo para lograr hallarte del otro lado del camino.

miércoles, 13 de octubre de 2010

"4 - Olvidar al Olvido"

video

Siempre que se acerca la noche, los recuerdos se avivan tal fuego al oxigeno.
Los días pasan, la vida corre y no nos espera ni nos avisa.
Si el presente es el pasado, el futuro es el olvido.
El presente es uno, el presente es hoy y ahora. Si vivimos del pasado, el hoy huye y no aguarda.
Nadie enseña a olvidar, pero he comprendido que cada uno de nosotros, con empeño, esta preparado para salir adelante.
La felicidad esta cerca. Solo es cuestión de aprender a verla, valorarla, apreciarla.
La felicidad se puede palpar, solo es cuestión de abrir nuevamente nuestros corazones.
Fomentar la auto-superación. Darnos a la vida.

Todo es doloroso si uno se empeña en que así lo sea.
Inclusive los domingos, esos que suelen poner en jaque al corazón, pueden ser menos dolorosos si comprendemos nuestros desenlaces y aprendemos a desayunar nuestro destino.
Salud, familia, trabajo, amigos. Todo puede ser felicidad, solo es cuestión de abrir los ojos por que no existe peor ciego, que aquel que no quiere ver.
El amor puede ser hermoso si aprendemos a vivirlo. Si renegamos del pasado, nos perdemos en la vorágine del rencor, la impotencia y la sinrazón.

Si estiramos el pasado, lo único que logramos es alargar lo terminado. Créanme, nada vuelve. El desgaste es indómito. Y nos arrebata nuestras vidas.
Si realmente amamos, hay que aprender a dejar ir. Hoy no llenamos esa alma, hoy ya no somos "distintos" para ese corazón.
Perdimos ese "don" hermoso de ser únicos en sus vidas y hay que saber perder. Hay que aprender a dejar ir y gambetear al egoísmo.

No les pasa que muchas veces sentimos que lo podemos superar, y en un desliz estamos nuevamente perturbados por la congoja?
Se que si, sí pensara que soy el único, realmente estaría exasperado.
Pero hay que entender. El tiempo pasa, la vida no espera, todo se mueve y hay que empezar a buscar nuestro lugar, nuestro rumbo.
Si nos quedamos anclados en el pasado, la vida duele, y mucho. Y mal que nos pese, vivimos penando.

Hay que entender que nunca vamos a aprender a olvidar por que nunca se olvida.
Cada uno de nosotros tendrá su proceso de superación, progresaremos pero nunca olvidaremos.
Siempre habrá un recuerdo, un olor, trozos y trozos de vida, ese "algo" que nos haga navegar en el pasado.
Por que del amor, con el tiempo, siempre quedará lo bueno, y lo malo, lo habremos superado.
Quizá eso me aplaque y mitigue mi dolor. Pensar que quizá, recidiré por siempre en ese corazón.
Pero hay que ser nobles y valientes. Aceptar que perdimos.
Que un solo corazón con amor, no sirve ni para alimentar una ilusión.
Si no es consentido, la vida duele, y el amor se vuelve un martirio.
Dejemos de pedalear y pedalear como un hámster. Ya no tiene sentido.
Querámonos. Cuidémonos. Démosle Vida a la Vida.

...."Cuando todos los días resultan iguales es porque el hombre ha dejado de percibir las cosas buenas que surgen en su vida cada vez que el sol cruza el cielo". (Paulo Coelho)

Solo dios sabe lo que intento e intento crecer. Se hace difícil entender como olvidar al olvido.

Walter Sebastián Oliveira.

jueves, 7 de octubre de 2010

3 - "Tiempo al Tiempo"



Los días corren, continúan avanzando sin piedad, y aun me encuentro aferrado a mi ventana mirando al horizonte con la absurda y estúpida idea de que volverás.

Mi corazón, ciego e igual de terco, siempre encuentra la manera de abrirse paso y alimentar su ilusión.
Paralelamente, mi cabeza y su razón se tomaron una licencia.
Ya no sermonean más a mis impulsos, y muy de vez en cuando se toman un recreo y se ilusionan con su causa.

Es que en definitiva, soñar es gratis, y la desesperación obsequia y desparrama ilusiones por todos los rincones.
Todas y cada una de ellas tan inútiles y vacías como mi alma.
Cuando lo que falta es la esperanza, somos una hoja que se pierde en el viento. ¿Dónde iremos a fenecer?

Todos me hablan del "Tiempo".
Ese ente que todo lo cura, y que el amor, como todo, prescribe con su simple peregrinar.
Asiduamente me esbozo a mi mismo la misma pregunta, ¿Qué es el Tiempo?
Para muchos, mucho tiempo es poco, y para otros, poco tiempo es mucho.

¿Entonces, cuanto tiempo habrá que esperar?
Me tomo tan poco tiempo enamorarme de vos, creo que fue un instante, y hoy me cuesta horrores desprenderme de tu ser.
Por que es el propio tiempo quien va fragmentando en etapas nuestras vidas.

Cada capitulo va cerrando y abriendo nuevas puertas, y con estas, nuevas oportunidades.
Sin embargo este capitulo parece ser perpetuo. De tanto buscar salidas, me perdí en el camino.

Sin embargo, el tiempo me ratificó que no existe perfume, no existe esencia, ni otro ser que opaquen tu diáfana imagen.
Vivir en penumbras se hace costumbre. No veo esa luz en el final del camino.

Inconscientemente, vivo visitando lugares en donde solimos dejar fragmentos de ternura. Siempre peco de ingenuo porque allí nunca, pero nunca te encuentro.

Ya casi ni recuerdo tu voz. Busco dentro de mí y solo escucho el eco de mi llanto, y el de mis pasos.
Por las calles de mi alma ya no hay luz. Se hace difuso el camino, y casi imposible caminar entre los hitos que delimitan mi ser.

Mi alma se pregunta:
¿Qué dolor podría ser más tolerable?
¿Será el dolor a cada instante?, ¿intentando hallarte en algún rincón?
¿O será ese dolor lento y largo? ¿La propia y cruel resignación, ese temible dolor de vivir sin vos?

De la forma que sea, ese dolor continúa propagándose como una peste por mi alma.
Soy un fantasma. Muerto en vida, solo ocupo espacios físicos, casi nunca encuentro entornos, ni contextos en donde hallarme y sentirme vivo, y al fin en casa.

Tiempo, tiempo y mas tiempo, y paradójicamente me encuentro siempre en el mismo lugar. Camino en círculos. He echado raíces y no he logrado avanzar.
En realidad, quizá retrocedí.

¡Ay Mujer! ¿Por qué dejaste tanto en mí? Trato de odiarte, quizá así sea más fácil olvidarte. Pero solo logro lacerar más y más todas mis heridas sin cicatrizar.

Dicen que hay que darle razón a la razón, y tiempo al tiempo. Que fácil y barato es hablar, no existe cosa tal.


Walter Sebastián Oliveira.

sábado, 2 de octubre de 2010

2 - "La Bitácora del Corazón"

Y hoy sería absurdo decirte que te he olvidado. Sería hipócrita al decir que lo he superado.
Cuando decimos adiós muchas veces nos forzamos.
La seguridad nunca es tal si el que manda es el corazón.
Y cómo hacer para unir la razón al corazón? Si, lo se, es imposible. Y entónces?

Cómo explicarle al corazón que todo termino cuando es él mismo quien nos moviliza?
Nos mete el orgullo en el bolsillo.
Tomamos decisiones pero...Somos su mas fiel empleado, y vivimos de sus impulsos. Esos tan hermosos como igual de dolorosos.
Esos que muchas veces son tan acertados y felices, y muchas veces nos hacen masoquistas.
El corazón no aprende de experiencias, nos hace tropezar siempre con la misma piedra.
Nos hace insistir cuando ya no hay mas nada por hacer. Haciendo, a cada intento, mas y mas agudo al dolor.

Y es el propio dolor quien rebalsa mis fronteras, y a su paso, va anegando todo mi ser.
Voy dejando retazos de mi alma por doquier.
Porqué es este maldito corazón quien me hace quererte proporcionalmente más a medida que más lejos estás.
El corazón no entiende de razones, y el amor no entiende de adióses.

Mientras mas lejos estás, mas me aferro a esta ilusión.
Añorar.. Cualquier esperanza es vana. Porque todo eso que ayer era perfecto, hoy ya no esta ni estará.

¿Cuántos golpes mas tendrá que darse este tonto corazón para darse cuenta que ya no estás y que nunca volverás?
Como sobrevivir si la felicidad es solo un puñado de momentos? La alegría es efímera cuando no estás.

Y hoy me hundo en el dolor. Por aquí siempre llueve sobre mojado. No existe chispa que encienda mi corazón.

Cómo hallar? dónde buscar cuando es uno el que esta perdido?
Hoy me encuentro perdido en la desesperación de sentir que nunca mas te volveré a ver.
La templanza nunca viene ni vendrá por aquí.

Que ironía.. Dicen que de amor no hay nada escrito... pero yo vivo escribiendo de vos y de "lo Nuestro". (que hoy es solo mio).

Nunca te voy a olvidar pero, en definitiva, los sueños, sueños son.
El amor se pudrirá en el dolor, y el tiempo sepultará los restos que dejó.
Todo quedará en la bitácora del corazón y en nuestra propia guerra:

.....la del corazón y la razón.

Walter Sebastián Oliveira.